Informe sobre drogas 2019

Este informe presenta un planteamiento general de alto nivel sobre el fenómeno de las drogas en España. Aborda la oferta de drogas, el consumo de las mismas y los problemas de salud pública asociados, así como las políticas de drogas y las respuestas. Los datos estadísticos presentados corresponden a 2017 o al año más reciente disponible y fueron proporcionados al Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías (EMCDDA) por la Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (Punto Focal del EMCDDA en España), a menos que se indique lo contrario.

Autor: Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas (DGPNSD).

Fuente: https://www.lasdrogas.info/escaparate/producto/informe-sobre-drogas-2019-espana/

La Estrategia Nacional sobre Adicciones 2017-2024 aborda las drogas ilícitas, las nuevas sustancias psicoactivas, la venta lícita de alcohol, tabaco y fármacos con potencial adictivo y las adicciones comportamentales. Entre los objetivos de la estrategia se encuentran retrasar la edad de inicio del consumo de drogas y de comportamientos que pueden producir dependencia, reducir su disponibilidad y prevalencia y disminuir los daños asociados.

La prevalencia del consumo de sustancias ilícitas en España se ha mantenido relativamente estable a lo largo de los últimos años: alrededor de un tercio de la población adulta admite haber consumido en algún momento de su vida alguna sustancia ilícita. El cannabis es la droga más común y su consumo se concentra entre los adolescentes y los adultos menores de 35. La prevalencia de consumo de las drogas ilícitas más consumidas (cannabis y cocaína) mostró una tendencia decreciente hasta 2017, cuando se registró un incremento en ambas sustancias. El consumo de sustancias ilícitas sigue siendo más común entre hombres que entre las mujeres.

En España, la heroína sigue siendo la droga principal relacionada con las consecuencias sanitarias y sociales más graves, como las infecciones relacionadas con las drogas. El número estimado de consumidores de alto riesgo de heroína ha presentado una tendencia decreciente desde 2010 hasta la última estimación de 2016. Se estima que el consumo de drogas por vía inyectada fue de 0,41 por 1 000 en 2016.

En los últimos 20 años, la infección por el VIH ha representado uno de los mayores problemas de salud asociados al consumo de drogas en España. Sin embargo, desde finales de los noventa, se ha observado un descenso significativo de la infección por VIH asociada a las drogas usadas por vía inyectada.

En España, se recoge información de manera rutinaria a nivel nacional sobre infecciones por el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), el virus de la hepatitis C (VHC) y el virus de la hepatitis B (VHB) entre consumidores de drogas inyectables (CDI) mediante los centros de tratamiento y prisiones y se basa en el resultado de los exámenes serológicos de aquellos que hayan consumido drogas inyectables alguna vez en su vida. En 2016, tres cuartas partes de los pacientes conocían su estado serológico frente al VIH o VHC, mientras que solo un tercio conocían su estado de VHB. Aunque aproximadamente un tercio de los CDI admitidos a tratamiento en España en 2016 que conocían su estado serológico eran VIH positivos (prevalencia), la incidencia de la infección por VIH (nuevos casos diagnosticados) se mantuvo baja en 2017.

Un reciente estudio de cohorte afirma que casi las tres cuartas partes de los CDI son VHC positivos (determinado por la presencia de anticuerpos VHC). En lo relativo al VHB, alrededor de uno de cada ocho consumidores admitidos a tratamiento que conocían su estado serológico indicaron que eran VHB positivos (HBs Ag), esto es, enfermos crónicos portadores del virus de la hepatitis B.

Los datos de 2016 extraídos del Registro General de Mortalidad del Instituto Nacional de Estadística (INE) muestran un incremento del número de defunciones inducidas por drogas, llegando al nivel más alto desde 2008.

De acuerdo con los resultados toxicológicos (del Registro Específico de Mortalidad), en 9 de cada 10 casos, se detectó la presencia de más de una sustancia psicoactiva, lo que indica que el policonsumo sigue siendo común en España. Los opioides, seguidos de la cocaína, se identificaron en la mayoría de las defunciones.

La tasa de mortalidad inducida por drogas entre adultos (de 15 a 64 años) fue de 16 muertes por millón en 2016.

En España la prevención es una de las prioridades de la Estrategia Nacional sobre Adicciones 2017-2024, que proporciona un marco organizativo y financiero a nivel nacional y a nivel autonómico mediante planes de drogas comunitarios y municipales. Los programas comunitarios también pueden recibir financiación a partir de los fondos obtenidos por bienes incautados a aquellos condenados por tráfico ilícito de drogas y otros delitos relacionados y, ocasionalmente, de fundaciones. La nueva Estrategia Nacional sobre Adicciones 2017-2024 se articula en torno a dos objetivos principales: (i) una Sociedad más sana y mejor informada; y (ii) una sociedad más segura. Los objetivos de prevención, incluidos en el primero, incluyen la reducción de la visibilidad y la promoción, la limitación a su acceso y la reducción de la percepción de normalidad.

En España, la prevención universal se lleva a cabo principalmente dentro del sector educativo y se centra en el desarrollo de competencias y habilidades personales y familiares. En las clases, se utiliza una amplia variedad de programas de prevención basados en manuales. Los Planes sobre Drogas de las Comunidades Autónomas, implementados en colaboración con el sistema educativo, establecen actividades y programas de promoción, implementación y seguimiento de la prevención de drogas.

Intervenciones para la reducción de daños

Una amplia red de infraestructuras públicas, incluidos los centros sociales de emergencias, las unidades móviles, las farmacias y las prisiones, ofrecen servicios de reducción de daños y están disponibles en todo España, aunque con distintos perfiles de servicio en las distintas comunidades autónomas.

La mayoría de los programas de reducción de daños incluyen un servicio socio-sanitario que ofrece intervenciones educativas preventivas, agujas y jeringuillas limpias y otros artículos, pruebas analíticas para varias infecciones relacionadas con las drogas, vacunación contra el virus de la hepatitis A y B y tratamiento y asistencia de emergencia para consumidores de drogas inyectables, que normalmente no están en contacto con ninguna intervención de asistencia.

En 2016, los programas de intercambio de jeringuillas (PIJ) distribuyeron más de 1,5 millones de jeringuillas, lo que supone el tercer año de estabilidad tras un largo periodo de descenso que comenzó en 2005. La caída en el número de jeringuillas distribuidas puede ser resultado de la reducción de la prevalencia del consumo de drogas inyectables en España. Existen trece instalaciones para el consumo supervisado de drogas en las comunidades autónomas de Cataluña y País Vasco. En 2016, estas instalaciones atendieron a 3 160 pacientes y distribuyeron más del 7 % de las jeringuillas distribuidas en España (estas instalaciones también operan como grandes centros de reducción de daños).

En España, la política general para el tratamiento de las personas consumidoras de drogas se rige por la Estrategia Nacional sobre Adicciones. Al mismo tiempo, la implementación, gestión y evaluación de los recursos y programas que proporcionan atención a los consumidores de drogas dependen de las 17 comunidades autónomas y las dos ciudades autónomas. Cada comunidad autónoma tiene potestad para organizar y proporcionar intervenciones de salud de acuerdo con sus propios planes, presupuestos y recursos humanos. Algunas han integrado el tratamiento para los problemas relacionados con el consumo de drogas en las unidades de atención primaria o servicios de salud mental y otras disponen de una red de tratamiento separada que tiene conexión con el sistema general de salud. Como regla general, la atención está organizada en tres niveles.

El sector público es el proveedor primario de tratamiento, seguido de las organizaciones no gubernamentales y las privadas. El tratamiento de las drogas está principalmente financiado por los presupuestos generales del Estado, las comunidades y ciudades autónomas y algunos municipios, normalmente las ciudades grandes.

En España, el tratamiento de sustitución de opioides (TSO) está disponible en unos 2 000 centros ambulatorios especializados, otros centros de salud y salud mental, centros residenciales y en prisiones. Las farmacias dispensan la medicación a los pacientes. En 1990 se introdujo y autorizó el consumo de metadona como tratamiento, y éste es gratis para los pacientes. El Servicio Nacional de Salud ofrece medicación con Buprenorfina pero los pacientes en este caso tienen que contribuir al coste de la medicación.

En España, cerca de 190 000 consumidores de drogas recibieron tratamiento en 2016, la mayoría tratados en contextos ambulatorios. En la última década, el número de pacientes admitidos a tratamiento cada año ha sido de entre 47 000 y 53 000. Los consumidores de heroína siguen siendo el mayor grupo que recibe tratamiento por drogas en España, muchos de los cuales reciben TSO desde hace tiempo. La cocaína es la droga principal más común entre los pacientes admitidos a tratamiento. La tendencia a largo plazo indica que la proporción de personas que comienzan tratamiento como resultado del consumo de heroína decreció hasta 2013 y se encuentra estable desde entonces. Se ha notificado un incremento del número de admisiones a tratamiento por cocaína en 2015 y 2016.

El tratamiento de mantenimiento con metadona sigue siendo la forma más frecuente de TSO, mientras que la combinación de buprenorfina y naloxona se utiliza principalmente a dosis bajas para las personas que están estables con metadona. En 2016, en España se prescribió TSO a 58 500 personas. Desde 2002 se ha observado una tendencia decreciente en el número de personas que reciben TSO en España, lo que coincide con otros datos que indican un descenso general del número de consumidores de heroína en las últimas dos décadas.

La nueva Estrategia Nacional de Adicciones 2017-2024 une la evidencia científica, la calidad y la evaluación. Por ejemplo, la calidad y la evidencia constituyen dos de los ocho principios rectores y son una de las seis áreas transversales. Estos principios son objetivos estratégicos dentro de las distintas áreas de acción. Los Planes sobre Drogas/Adicciones de las comunidades autónomas también abordan específicamente la calidad dentro de sus estrategias y planes de acción, sobre todo en los últimos años.

Puedes descargártelo aquí:

http://www.pnsd.mscbs.gob.es/delegacionGobiernoPNSD/relacionesInternacionales/unionEuropea/docs/20190725_InformeDrogasEspana2019_EMCDDA_DGPNSD.pdf