El uso de drogas intravenosas en contextos sexuales se asociaría a problemas psiquiátricos graves en gais con el VIH

De acuerdo con un estudio llevado a cabo en Madrid, los hombres gais y otros HSH con el VIH que practican slamming presentarían más síntomas depresivos, ideas suicidas, trastornos de tipo paranoide y pérdidas de consciencia que quienes usan drogas no inyectables en el ámbito sexual

Autor: Francesc Martínez

Fuente: http://gtt-vih.org/actualizate/la_noticia_del_dia/16-01-2020

Un estudio llevado a cabo en 11 hospitales madrileños, publicado en PLoS ONE, ha concluido que el uso de drogas intravenosas en contextos sexuales –actividad conocida bajo el nombre de slamming slamsex– entre hombres gais, bisexuales y otros hombres que practican sexo con hombres (GBHSH) se asociaría a problemas psiquiátricos y a trastornos adictivos graves.

Aunque pocos son los datos epidemiológicos relativos a la prevalencia de slamsex entre GBHSH, la impresión a partir de ellos es que se trata de un fenómeno emergente y que se asociaría a una serie de factores de riesgo para la salud de las personas que llevan a cabo dicha práctica.

Por un lado, el uso de drogas en contextos sexuales afecta a la percepción del riesgo, lo que puede traducirse en una relajación de las medidas preventivas (tanto con relación al sexo como en lo relativo al uso compartido de materiales para la inyección de drogas) y, por tanto, en un mayor riesgo de adquirir el VIH u otras infecciones.

Por otro lado, el uso de drogas, en sí mismo, entraña riesgos para la salud –especialmente psiquiátrica- –tanto por los efectos de las drogas como por los posibles adulterantes. Dicho impacto a nivel psiquiátrico no ha sido, hasta la fecha, tan estudiado como el que el slamsex tiene sobre la salud sexual, en general y la transmisión del VIH y otras infecciones de transmisión sexual, en particular.

Con el objetivo de ampliar la información sobre el impacto psiquiátrico del slamsex entre GBHSH, los autores del presente estudio evaluaron el historial de patologías psiquiátricas, el perfil psicológico y los diversos síntomas experimentados de un total de 34 GBHSH con el VIH atendidos en 11 hospitales madrileños que habían practicado slamsex durante el año previo al momento de la participación en el estudio y cumplimentación del correspondiente cuestionario.

Los datos de estos participantes se compararon con los de 216 GBHSH con el VIH que habían usado drogas en sus prácticas sexuales (actividad conocida como chemsex) pero, al contrario de quienes practicaban slamming, sin drogas inyectables y con los de 492 GBHSH con el VIH que no habían practicado chemsex.

Todos los participantes provenían de un estudio previo (llamado U-Sex) y formalizaron su participación en el presente estudio –de tipo transversal– entre 2016 y 2017. En su análisis interino publicado, los investigadores presentaron los resultados comparados de los participantes que practicabanchemsex sin drogas inyectadas con los de quienes practicaban slamsex.

Todos los participantes iniciaron su participación rellenando un cuestionario preliminar sobre prácticas sexuales y uso de drogas. Cuando los participantes cumplían con los criterios de inclusión, sus médicos del VIH les ofrecían la posibilidad de ser incluidos en el estudio y les proporcionaban una tarjeta con unos códigos para poder acceder a un cuestionario online de forma totalmente confidencial.

 

En comparación con quienes practicaban chemsex sin drogas inyectadas, los participantes que practicaban slamsex presentaron una mayor probabilidad de referir el padecimiento de patologías psiquiátricas . Así, mientras que el 28% de los participantes que realizaban chemsex sin drogas inyectables manifestaron tener depresión, el porcentaje entre quienes practicaban slamsex alcanzaba el 62% (p= 0,0001). El mismo fenómeno se observó en lo relativo a ansiedad (referida por el 47% y el 23% de los participantes con o sin uso de drogas inyectadas, respectivamente; p=0,004) y problemas de adicción (15% y 38% de las personas con o sin uso de drogas inyectadas, respectivamente; p= 0,002).

Además, quienes practicaron slamsex manifestaron con mayor probabilidad que quienes practicaron chemsex sin uso de drogas inyectables haber realizado prácticas sexuales de alto riesgo, haber utilizado varias drogas de forma simultánea y haber recibido el diagnóstico de infecciones de transmisión sexual.

En comparación con quienes practicaban chemsex sin drogas inyectables, las personas que practicaban slamsex presentaron una probabilidad cinco veces superior de haber experimentado síndrome de abstinencia (cociente de probabilidades [CP]: 4,97; intervalo de confianza del 95% [IC95%]: 2,13-11,57; p= 0,0001) y siete veces superior de haber tenido deseo compulsivo de consumir drogas (CP: 7,03; IC95%: 3,21-15,43; p= 0,0001). Además, los practicantes de slamsex presentaron, en comparación con quienes practicaban chemsex sin drogas inyectables, una probabilidad tres veces superior de haber tenido ideas suicidas (CP: 3,48; IC95%: 1,48-8,10; p= 0,004), ideas de tipo psicótico paranoide (CP: 3,38; IC95%: 1,41-8,07; p= 0,006) y pérdidas de consciencia (CP: 2,88; IC95%: 1,22-6,79; p= 0,016).

Los resultados del presente estudio muestran como, dentro de los GBHSH que practican chemsex, los practicantes de slamsex serían el subgrupo más vulnerable a patologías de tipo psiquiátrico y adictivo. Por ello, se hace imprescindible seguir investigando para cuantificar el alcance del slamsex y planificar intervenciones de apoyo, atención y reducción de daños dirigidas específicamente a estas personas.

Fuente: Elaboración propia ( gTt-VIH ).
Referencia: Dolengevich-Segal H, Gonzalez-Baeza A, Valencia J, et al. Drug-related and psychopathological symptoms in HIV-positive men who have sex with men who inject drugs during sex (slamsex): Data from the U-SEX GESIDA 9416 Study. PLoS One. 2019 Dec 4;14(12):e0220272. doi: 10.1371/journal.pone.0220272. eCollection 2019.