Metanfetamina
Introducción
Su nombre científico es desoxiefedrina y pertenece a la familia de las fenetilaminas. Se la conoce como tina, meta, ‘meth’, ‘ice’, ‘crank’. Fuera de España también lo llaman ‘crystal’, ‘crystal meth’... Si lo consumes, o lo piensas consumir, esta información puede resultar de tu interés.
Composición
La metanfetamina es una sustancia del grupo de las anfetaminas y de la familia de las fenitelaminas, con una estructura química parecida a la efedrina y al neurotransmisor adrenalina.
Aunque la metanfetamina que circula por España no suele venir adulterada con ninguna sustancia psicoactiva, el rango de pureza puede variar de manera considerable.
Fuera de nuestro país también lo llaman ‘crystal’, pero no tiene nada que ver con lo que se llama ‘cristal’ aquí en España, que se refiere a MDMA.
Propiedades
La metanfetamina es un potente estimulante del sistema nervioso central. Sus efectos son más potentes que la anfetamina, porque atraviesa muy fácilmente la barrera hematoencefálica. Actúa como un liberador masivo de neurotransmisores como la dopamina, norepinefrina y serotonina. Actúa también como inhibidor de la recaptación de dichos neurotransmisores.
Aunque tiene indicación terapéutica para el tratamiento de la narcolepsia y del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), también se usa en espacios de fiesta (en menor medida que la anfetamina, dependiendo de la zona geográfica).
Su uso recreativo suele ser por vía esnifada u oral, pero existe un uso fumado o inyectado que en España es muy minoritario. Por vía nasal y fumada los efectos aparecen casi de inmediato, mientras que si se consume oralmente los efectos tardan una media hora en aparecer. Sea cual sea la vía de administración, cantidades bajas producen efectos considerables.
Los efectos principales de la metanfetamina son la sensación de energía y euforia, con incremento en el nivel de alerta y rendimiento intelectual, disminución de la necesidad de dormir y comer, dilatación pupilar, incremento del deseo sexual y desinhibición. En las primeras tomas el efecto puede parecerse más al MDMA que a otro estimulante, debido a que aparecen efectos de apertura intelectual acompañados de euforia.
Presentación
La presentación más habitual es en polvo blanco o color hueso, cristalino, inodoro y de sabor muy amargo. También se puede encontrar en pastillas, cápsulas o cristales grandes.
Posología
La dosis depende de varios factores: depende de la persona, la sustancia, el nivel de tolerancia de la persona hacia la sustancia y el entorno donde se consume (lugar donde se consume y con quién se consume). La metanfetamina tiene efectos más potentes que el speed, por lo cual la dosis debe ser más reducida. Además, hay que tener en cuenta que la redosificación debe espaciarse mucho más, debido a que los efectos duran entre 2 y 4 horas.
Si se consume por vía oral, suele tardar de 20 a 60 minutos en subir dependiendo del contenido del estómago y los efectos duran de 3 a 5 horas en total. Si se consume por vía esnifada, tarda entre 5 y 10 minutos en subir, y dura entre 2 y 4 horas. Si se fuma, comienza a hacer efecto de forma inmediata y dura entre 1 y 3 horas. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la bajada o los efectos posteriores pueden alargarse hasta 24 horas, independientemente de la vía de administración.
Tanto por vía oral como esnifada y fumada las dosificaciones son parecidas, pero la subida es mucho más intensa por la vía fumada, menos por la vía esnifada y más lenta por la oral. En este sentido se debe de tener en cuenta que la duración del estado eufórico es menor cuanto más rápida es la absorción.
La duración de los efectos puede oscilar entre 6 y más de 24 horas dependiendo de la dosis y de la forma de administración.
Según www.erowid.org las dosificaciones serían las siguientes:
- Dosis baja: 5-10 mg por vía oral, esnifada y fumada
- Dosis mediana: 10-30 mg (vía oral), 10-30 mg (esnifada), 10-20 mg (fumada)
- Dosis alta: >30 mg (vía oral y esnifada), >20 mg (fumada)
- Dosis muy alta: 40-60 mg
- Dosis muy elevada o con tolerancia: >60 mg
Contraindicaciones
Deben extremarse las precauciones si se está tomando algún tipo de medicación (sobre todo las que contienen inhibidores de la monoaminoxidasa [IMAO], que normalmente son antidepresivos). Al igual que con la anfetamina, las probabilidades de una reacción adversa pueden ser más probables en personas con hipertiroidismo, glaucoma, diabetes o enfermedades cardiovasculares como la angina de pecho, hipertensión o arritmias. Su consumo durante el embarazo puede dar lugar a retraso en el crecimiento intrauterino, parto prematuro y puede provocar alteraciones cardíacas del feto, u otras complicaciones.
Los principales efectos de la metanfetamina son la sensación de energía y euforia, con incremento en el nivel de alerta y rendimiento intelectual, disminución de la necesidad de dormir y comer.
Precauciones
Salvo que se realice un análisis exhaustivo en laboratorio, no existe método que pueda utilizarse para determinar el grado de pureza de la metanfetamina. Para saber más sobre la pureza de la metanfetamina consulta el servicio de análisis de energycontrol.org.
En el caso del consumo esnifado, el rulo debe ser personal e intransferible para evitar posibles contagios.
Para evitar hemorragias, conviene pulverizarlo bien, sobre todo si la sustancia se presenta en forma de cristal. Si se ha hecho una pasta, puede ser útil abrir la bolsa para secarlo.
La metanfetamina es una sustancia clasificada como PII, por tanto, conviene estar informado de las normativas legales vigentes para evitar problemas con la ley.
Dado sus potentes efectos, conviene que las rayas sean más pequeñas que las del speed y las de la coca, espaciando las tomas y teniendo en cuenta que a partir de dos rayas se puede tener dificultad en conciliar el sueño.
En ambientes donde hace mucho calor o hay alta actividad corporal, puede aumentar la temperatura. Es importante hidratarse o realizar descansos.
La metanfetamina provoca una tolerancia significativa y dependencia psicológica. El deseo por el consumo de la sustancia (‘craving’) es muy fuerte y si el consumo es muy intenso puede dar lugar a depresión severa. Además, pueden aparecer síntomas de abstinencia fuertes si se deja el consumo de manera abrupta (cansancio, insomnio, pérdida de interés, ansiedad y tristeza y un intenso deseo de consumir).
Si estas precauciones son aplicables al consumo esnifado, en el caso de consumir la metanfetamina por vía fumada o inyectada, estos riesgos se hacen mucho más peligrosos. Y además aparecen nuevos riesgos propios de las vías, como patologías respiratorias en el caso de la vía fumada, o transmisión de enfermedades infecciosas como el VIH, hepatitis o tuberculosis en el caso de la vía inyectada, si se comparten jeringas.
Un consumo desmesurado o el consumo crónico pueden provocar una psicosis anfetamínica, con episodios psicóticos graves, normalmente magnificados por la falta de horas de descanso. Estos trastornos se caracterizan por la aparición de alucinaciones (auditivas o visuales) y paranoias. Los síntomas suelen desaparecer cuando se deja de consumir, en caso contrario, se debe llamar al teléfono de urgencias médicas o acudir a un centro médico.
La metanfetamina provoca una tolerancia significativa y dependencia psicológica. El deseo por el consumo de la sustancia (craving) es muy fuerte y si el consumo es muy intenso puede dar lugar a depresión grave.
Metanfetamina y VIH
Cuando se usa la metanfetamina por vía inyectada, si no se toman las medidas higiénicas adecuadas en el uso compartido de jeringuillas y parafernalia de inyección de drogas, se puede incrementar el riesgo de transmisión de enfermedades infecciosas tales como el VIH, VHC y otras ITS.
El uso de ritonavir (Norvir®) y cobicistat (Tybost®) –los dos fármacos utilizados como potenciadores farmacocinéticos de los inhibidores de la proteasa– puede suponer un riesgo significativo de interacciones con diversas drogas de uso recreativo, entre ellas, la metanfetamina. La interacción de la metanfetamina con ritonavir y cobicistat sería de intensidad moderada.
Se han producido muertes en pacientes con el VIH en tratamiento con ritonavir, aunque el número de casos es reducido.
Efectos secundarios
Al igual que con el speed, junto con los efectos buscados y deseados, también aparecen otros efectos producto de la estimulación cerebral: aumento de la frecuencia cardiaca, del ritmo respiratorio y de la presión arterial, hipertermia, insomnio, ‘mandibuleo’ y convulsiones. Otros efectos secundarios son dolor de cabeza, boca seca, dificultades para orinar o para alcanzar la erección. Uno de los efectos de la metanfetamina, como sucede con las anfetaminas, es la pérdida de apetito.
El consumo de grandes cantidades puede generar irritabilidad, sentimientos de inseguridad, conductas impulsivas y compulsivas. Estos síntomas son señales de alarma e informan de que se debe cesar el consumo y descansar. En caso contrario, continuar con el consumo aumenta la probabilidad de sufrir una psicosis anfetamínica. Estos episodios se caracterizan por la aparición de paranoias y alucinaciones, magnificados por el desgaste físico y mental producido por la privación del sueño, la falta de hidratación y alimentación. Los síntomas psicóticos pueden durar varias horas, incluso más de un día. Suelen desaparecer al dormir y dejar de consumir, en caso contrario, deberá solicitarse ayuda médica.
En personas con enfermedades mentales, antecedentes familiares con trastornos mentales y personalidades predispuestas (sobre todo de tipo psicótico) estos síntomas pueden aparecer en cantidades inferiores, incluso sin la privación del sueño.
Interacciones
La combinación con otros estimulantes (cocaína, MDMA …) puede aumentar el efecto de ambos, incrementando la probabilidad de experimentar episodios de sobreestimulación.
La combinación con depresores (alcohol, ketamina, GHB …) puede hacer que se contrarresten los efectos, por lo que se necesitará mayor cantidad para conseguir los efectos buscados en ambas. Con la ketamina, además, se incrementa la presión arterial.
La combinación con psicodélicos (LSD, por ejemplo) puede incrementar el efecto de ambos, aumentando la probabilidad de sufrir una reacción adversa.
La metanfetamina combinada con furazolidona (medicamento para el tratamiento de la diarrea infecciosa) o con IMAO (inhibidores de la monoaminaoxidasa) pueden provocar reacciones hipertensivas graves. Por otro lado, la anfetamina puede reducir el efecto de la guanetidina (medicamento para el tratamiento de la hipertensión).
Hay que tener especial atención cuando se combina con fármacos. Cuando se combina con antidepresivos inhibidores de la monoaminooxidasa (IMAO) se incrementa el riesgo de un síndrome serotoninérgico; en combinación con fármacos estimulantes de prescripción, como el metilfenidato, también debe evitarse.
Existe riesgo de problemas graves (síndrome serotoninérgico) en pacientes en tratamiento con antidepresivos. Se han registrado casos de problemas graves en personas consumidoras/usuarias de metanfetamina que estaban en tratamiento con venlafaxina y antidepresivos tricíclicos.
En personas en tratamiento con bupropión (antidepresivo con perfil estimulante utilizado en ocasiones para la deshabituación del tabaquismo) se desaconseja su combinación con estimulantes como la cocaína o las anfetaminas.
El bicarbonato y las píldoras anticonceptivas podrían aumentar el efecto de la anfetamina y, por tanto, aumentar la probabilidad de reacción adversa (complicación cardíaca).
Intoxicación
Existen tres niveles de intoxicación:
- Leve (agitación, irritabilidad, insomnio, temblores, sobreestimulación, sudoración, dilatación pupilar y ruboración).
- Moderada (hiperactividad, confusión, hipertensión, respiración rápida, taquicardia y hipertermia).
- Grave (delirios, manías, autolesiones, hipertensión, taquicardia, arritmia, fiebre, convulsiones, coma y colapso circulatorio).
La metanfetamina produce tolerancia con rapidez y es necesario incrementar la dosis para conseguir los mismos efectos. El riesgo de dependencia es más elevado al de otras drogas de uso recreativo. Es relativamente frecuente el que personas que son capaces de controlar el uso recreativo de otras sustancias tengan problemas para poner límites a su consumo de metanfetamina. Los problemas familiares, económicos y sociales en quienes hacen un uso habitual de metanfetamina son frecuentes. Las vías de administración inyectada y fumada incrementan estos riesgos.
Si la persona se siente mal, conviene separarla de la fiesta, no agobiarla y tratar de tranquilizarla. Puede ser útil hablarle calmadamente y tratar de aliviarle la ansiedad. Si la situación resulta difícil de manejar se debería acudir a un médico. En cualquier caso, no consumir más esa noche disminuirá el riesgo de tener problemas más serios.
Faltan datos claros sobre la sobredosificación por un uso excesivo de metanfetamina, pero hay estudios que indican, que a partir de 30 mg puede haber intoxicación, dependiendo de la tolerancia de la persona que consume y la vía que se esté usando.
Manténgase fuera del alcance de los niños. Consulte a su médico o a personal especializado.
Si quieres más información ves a: https://energycontrol.org/infodrogas/otras/metanfetamina.html
Nota: El objetivo de esta ficha es meramente informativo y en ningún caso se pretende estimular el consumo de esta droga, ni sustituir el asesoramiento médico. La organización no se hace responsable del uso inapropiado que pueda hacerse de esta ficha.